Semana Santa de Sangre en Manabí: Triple asesinato en Manta enluta a una familia y conmociona al país

En una noche que debía estar marcada por el recogimiento y la reflexión del Viernes Santo, la ciudad costera de Manta, en la provincia de Manabí, fue sacudida por una nueva y brutal masacre. Tres personas fueron asesinadas a sangre fría dentro de un taller de pintura automotriz en la parroquia Los Esteros. Entre las víctimas, un niño de apenas nueve años. La violencia no da tregua, ni en los días santos.
El reloj marcaba alrededor de las 22:00 cuando el silencio del barrio El Paraíso fue interrumpido por ráfagas de disparos. Según versiones preliminares, un grupo de sicarios llegó en un automóvil hasta el taller, irrumpió sin mediar palabra y descargó una lluvia de fuego sobre quienes se encontraban allí dentro. Testigos relatan haber escuchado al menos 40 detonaciones entre ráfagas de fusiles y disparos de pistola. El estruendo fue tan potente como el dolor que dejaría a su paso.
Las víctimas mortales fueron identificadas como los hermanos José Leonardo Pin Tubay, conocido como alias El Chino, y Jean Carlos Pin Tubay, de 33 y 36 años respectivamente. Junto a ellos, el pequeño Liam, de tan solo 9 años, perdió la vida tras quedar atrapado en medio del ataque. El niño era familiar de los adultos asesinados y se convirtió en una víctima colateral de la guerra entre grupos delictivos que azota la región.

Uno de los hermanos, según informes policiales, tenía antecedentes judiciales por tráfico de drogas y tenencia ilegal de armas de fuego. Sin embargo, la ejecución fue indiscriminada. Los sicarios no distinguieron edades ni culpabilidades. Una cuarta persona resultó herida de gravedad y fue trasladada a una casa de salud cercana, donde lucha por su vida.
En los alrededores de una fábrica de atún, pocas horas después del atentado, se halló un vehículo calcinado. Las autoridades presumen que podría tratarse del automóvil utilizado por los atacantes para cometer el crimen y luego escapar.
Este hecho sangriento se suma a una seguidilla de masacres que mantiene a Manabí en vilo. Apenas un día antes, en el cantón El Carmen, doce personas fueron ejecutadas en una gallera. Sicarios disfrazados de militares irrumpieron con fusiles en pleno evento, sembrando el terror. Cuatro personas fueron detenidas por este hecho, pero la ciudadanía sigue temiendo por su seguridad.
Con la muerte de Liam, ya son cuatro los menores asesinados en Manta en lo que va de este 2025. La ciudad, que años atrás era un polo turístico y comercial del Pacífico ecuatoriano, hoy vive bajo el azote de la violencia estructural, vinculada al narcotráfico, al crimen organizado y a la impunidad.
La Policía ha activado sus protocolos de investigación, aunque los resultados suelen diluirse en medio de la ola delictiva que no deja de crecer. La ciudadanía, entre el duelo y el miedo, exige respuestas, justicia, y sobre todo, garantías para seguir viviendo en su tierra sin ser víctimas colaterales de guerras ajenas.
Mientras tanto, la sangre inocente de un niño se suma a una lista de víctimas que no deja de alargarse en esta tierra golpeada por el dolor. Manabí, nuevamente, se tiñe de luto.